viernes, 27 de agosto de 2010

VA DE RETRO

toda la sangre es nuestra sangre 
por luis contreras

Sangre. A pesar de innumerables estudios, análisis de especialistas, explicaciones del gobierno y demás, no hay forma de entender la violencia extrema que se vive en México. El sexenio del presidente Calderón dejará, sobre todo, muertos. Muchos muertos. En lo que va de su gobierno más de 28 mil.
¿Cómo seguir estos pasos? Primero la siembra, luego el tráfico, finalmente el consumo y corriendo de forma paralela está la corrupción y la violencia. De alguna forma se entiende que la batalla que se da entre el gobierno y la mafia y ésta consigo misma,  es por los miles de millones de dólares que brotan de uno de los grandes males de nuestro tiempo.
Pero hay cosas que no se explican. Que no se entienden. Que no tienen justificación alguna y que vienen de lo más profundo, de la entraña de la vileza humana. Los niños muertos en esta guerra, las mujeres,  los ajenos inocentes. Esos muertos no se explican.
Un ayudante de albañil hondureño, roto por la crisis, con familia, hijos…  decide dejar su pueblo a las afueras de Tegucigalpa. Decide dejarlo todo. Cruzar México y llegar a Estados Unidos. Lo mueve la angustia de la vida y la esperanza.
Se monta en un tren y sus ojos son testigos del abuso de la policía mexicana, de la migra de este país. También ve la enorme generosidad de familias mexicanas que le arrojan al tren en movimiento bolsas con comida. Regalo para los migrantes que no son otra cosa que trabajadores, desempleados, hombres y mujeres en la pobreza. No son más que eso. Son sólo eso. Quien así lo entiende ayuda al que necesita ayuda.  Miles todos los días y todos los años.
El migrante comprende que entre sus riesgos, los riesgos del paso, esta sortear con la policía. Pero nada prepara a un trabajador del tercer mundo para la violencia de la mafia mexicana. Expuesto a todos los males no puede pedir ayuda, no puede regresar a su país porque allá no tiene nada;  no puede pedir a Estados Unidos, porque allá tampoco tiene nada. Frente al cañón de un arma nueve milímetros está solo.
El hallazgo de 72 migrantes asesinados por el narco nos avergüenza y nos indigna y al mismo tiempo, como sociedad, nos mutila. Hasta ese punto nos hemos permitido la violencia. Hasta eso puede pasar en este país, país que lentamente ha comenzado a pudrirse. Lleno de gusanos, México apesta.
No se entiende la vileza de los narcos que secuestran y asesinan a estos trabajadores. Nada hay que explique esta violencia. No esta dentro de ninguna lógica. No es parte de código alguno. Permitir que pase este hecho, con el aval de la cultura de la impunidad y de la injusticia,  es avalar una conducta en contra de la humanidad, en contra de lo que nos constituye y da forma como especie.  
Ahora… ¿Cómo protestar por la fascista ley de Arizona? ¿Con qué cara pedimos derechos y dignidad para los trabajadores emigrados de México? ¿Cómo articular una respuesta frente a un genocidio? ¿Qué corrupción, qué ganancia, qué negocio puede aceptarse si todos sabemos que esta bañado en sangre de inocentes? México no esta en crisis. México enfrenta ya, como nación, una tragedia.
* de la exposición "fuego" de Mouses Kimayo (Milán, 1970).

1 comentario:

  1. En este país siempre hemos rendido culto a la muerte, porque es un ciclo necesario para que haya vida, desgraciadamente cuando le pierdes respeto a la muerte, pierdes respeto a la vida. Esta vez es la muerte quien pareciera rendirnos culto, por lo menos a Calderón con quien está muy agradecida por dar muerte sin propiciar la vida. Vamos pues a morir juntos a ver si a si nos podemos llevar por lo menos a unos cuantos políticos entre las patas.

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