domingo, 8 de agosto de 2010

la realidad en sepia


EL INFORME DE BArrERA

Fotografía Víctor del Ángel
por luis contreras
Frente a la Sala Felipe Villanueva está estacionado un camión de bomberos. Es un camión viejo. De los años 40s o acaso 50s. Obsoleto. Parece recién llegado de las calles cubanas. Parece, también, un fantasma proveniente de una fotografía en sepia. Parece. Parece porque no estamos a la mitad del siglo XX. De eso ya hace mucho.  Es la capital del Estado de México y es el año 2010. La vieja estructura metálica, casi oxidada, ya no pertenece a este tiempo.
Los bomberos la trajeron, a petición del ayuntamiento de Toluca, para utilizar su enorme escalera y poder colocar afiches de varios metros de largo sobre la fachada de la Sala. Lo hacen apenas un par de horas antes del inicio del primer informe de gobierno de la presidenta municipal, María Elena Barrera Tapia.
El evento es un informe de gobierno a toda regla, lo es porque el montaje incluye lo que incluye todo informe:  elementos de seguridad, vallas metálicas, arcos detectores de metales, edecanes,  manifestantes gritando consignas en contra de la alcaldesa, manifestantes gritando consignas a favor de la alcaldesa, granaderos, medios de comunicación, burócratas profesionales y semi profesionales, policías de uniforme, camionetas con vidrios polarizados, trajes de 20 mil pesos, trajes de cinco mil pesos, sacos de oferta y fotos, muchas fotos. Un informe es, sobre todo, la fotografía del informante mientras sonríe y saluda a la masa palurda que está del otro lado de los lentes.
Además hay otras cartas sobre esta mesa. Se trata del primer informe de gobierno de María Elena Barrera Tapia. No es la primera presidenta municipal de Toluca pero es la que recuperó para el PRI un ayuntamiento que completó tres administraciones panistas continuas. Pero no sólo eso, la doctora está dentro de las estimas del gobernador, Peña Nieto, quien asiste y preside el acto de gobierno.
Informe sin respuesta, el evento se llevó a cabo según lo previsto. Sobre los ex presidentes municipales, un ex gobernador, dos aspirantes a la gubernatura, un precandidato presidencial y una amplia burocracia, cayeron decenas, cientos de cifras. Números que son la munición preferida de cualquier informe de cualquier gobierno.
Es difícil saber quien escuchó el informe. Es difícil saber para quién se leyó. Todos los asistentes eran, al mismo tiempo, ausentes. Justo como ocurre en cada informe que se da frente a los que no tienen más remedio que aplaudir y aplaudir y aplaudir. Las veces que sea necesario. No importa que no escuchen en tanto aplaudan. Así lo hacen.
Los informes de gobierno son como ese camión de bomberos: viejos, obsoletos, oxidados. Ya no pertenecen a este tiempo. Son fantasmas extraídos de una fotografía en sepia. Figuras que al recrearse se desintegran. Así pasa con este evento, que hace que cada una de sus cifras, cada una de sus palabras, sean parte de un largo, larguísimo silencio. Silencio viejo. De otro tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario