Jorge Vargas Espinosa.
En el Estado de México se genera más de 16 mil toneladas de basura doméstica la cual no tiene un tratamiento adecuado luego de que el 50 por ciento de ella no se deposita en sitios apropiados debido a que los municipios no cuentan con estas instalaciones y también carecen de un programa de separación y reciclaje de desechos útiles como el cartón, el vidrio, el aluminio y el plástico pet.
Esta ausencia de políticas claras y eficientes para el manejo de la basura no acaba con el desecho doméstico, ya que la ignorancia y la ausencia de responsabilidad ambiental se traduce en ciudadanos inconcientes que depositan su basura en las calles y avenidas de las ciudades que a la postre forman el taponamiento de los drenajes y cauces para provocar desbordes e inundaciones.
Las estadísticas de las últimas temporadas de lluvias en la entidad, establecen que el 14 por ciento de la basura urbana va a parar a las coladeras y sistemas de alcantarillado, sobre todo compuesta por botellas de PET, bolsas, envolturas, empaques y diversos desechos orgánicos.
Actualmente solo 10 municipios de los 125 que componen el Estado de México cuentan con rellenos sanitarios donde hay un correcto manejo de la basura, pero no tienen la capacidad para cubrir la demanda aún y cuando apoyan con sus desechos a las localidades vecinas.
De acuerdo con información del gobierno estatal solo 45 municipios mexiquenses tienen proyectos para crear sitios adecuados donde puedan depositar la basura doméstica, el resto, 80 localidades lo hacen en tiraderos a cielo abierto con las consecuencias graves de impacto ambiental que esto representa.
Otra vertiente de este mal manejo de los desechos son las cerca de 4 mil toneladas de desechos industriales generados por las empresas asentadas en la entidad quienes en su gran mayoría no están preocupados por darle el tratamiento adecuado y constituyen un riesgo latente para que en el lugar donde son depositados se conviertan en residuos peligrosos.
En los últimos 20 años derivado del desarrollo tecnológico y el uso de herramientas informáticas también se está convirtiendo en un problema luego de que a diario, nuestra entidad produce 60 mil toneladas de basura electrónica compuesta por desechos de computadoras, celulares, cargadores y eliminadores, impresoras, copiadores, radio receptores, televisores, consolas, entre otros que ante la falta de sitios adecuados son depositados en los basureros habituales o arrumbados en la bodega de las viviendas o industrias.
Más basura aún genera también la actividad de los hospitales y los rastros y mataderos de animales clandestinos. En el primer caso, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente reporta que en nuestro estado hay por lo menos 30 lotes baldíos que son utilizados para depositar la basura de hospitales lo cual es un riesgo al ambiente y a la salud de la población. En el segundo caso, de los 154 rastros que operan en el Estado de México solo 5 operan bajo las normas de sanidad y seguridad requeridas el resto sacrifica animales con poca higiene y depositando sus desechos al drenaje o en las cuencas de los ríos cercanos.
De seguir con esta tendencia, el pésimo manejo de la basura en nuestra entidad se podría convertir en un riego mayor de salubridad pública además del deterioro ambiental y de las consecuencias que inciden en la gobernabilidad y sana convivencia de los mexiquenses.
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