viernes, 27 de agosto de 2010

ALIANZA DE PARTIDOS: LUCHA POR EL PODER Y LA SUPERVIVENCIA

Por: Jorge Vargas Espinosa

Los acuerdos entre partidos políticos rebasaron hoy el límite electoral para condicionar ahora  la responsabilidad de las instituciones de estado y de gobierno. Este acto,  crispó a los principales actores de las instituciones partidistas quienes  ya se preparan para la sucesión presidencial del 2012, negociando incluso, con su antagónico histórico, luego de ver como inalcanzable al puntero en las encuestas públicas a menos de 2 años de que se realicen las elecciones.

El Partido Acción Nacional quien ostenta por segundo sexenio consecutivo la presidencia de la República se vio debilitado tras perder la elección del 2009 lo mismo que el PRD quien tuvo que dejar puestos clave como lo fueron los municipios conurbados del Estado de México donde se asienta su principal capital político después del Distrito Federal.

Un acuerdo urgente surgió entre enemigos luego de ver el despunte del PRI en la última encuesta del mes de febrero que le da al tricolor un 40 por ciento de la aceptación social, seguido del PAN con solo el 16 por ciento y el PRD hasta el tercer sitio con 11 por ciento de las preferencias.

Ante este escenario y observando con nerviosismo los resultados adversos sobre la aceptación electoral del PRI rumbo al 2012, el PAN y el PRD tuvieron que dejar del lado su antagonismo natural para buscar aliarse primero, en el proceso electoral de los estados en este 2010 y luego, prepararse para el proceso a gobernador del Estado de México en el 2011 y finalmente la presidencial dentro de 2 años.  

 Durango, Hidalgo, Oaxaca y Puebla fueron ya  el primer objetivo logrado de la rara fusión entre izquierda y derecha mexicanas, con triunfos y derrotas que pusieron a prueba el convenio para luego pasar al relevo estatal en Yucatán y posteriormente en el Estado de México el cual siempre ha sido el laboratorio previo al proceso presidencial y de ahí que la reacción del PRI no se hiciera esperar.

El asunto viene caliente desde el año pasado cuando se difundió el acuerdo que firmaran los dirigentes nacionales del albiazul y el tricolor, César Nava y Beatriz Paredes respectivamente el 30 de octubre del 2009 para que en la elección a gobernador del Estado de México, los panistas no efectuaran ningún tipo de coalición con otros partidos a cambio de apoyar el paquete fiscal del presidente Calderón en el Congreso federal. Signaron también como testigos de este compromiso el Secretario de Gobernación Federal, Fernando Gomez Mont y el Secretario General de Gobierno mexiquense, Luis Miranda Nava.

En primera instancia fue dado a conocer por los priístas y negado por el presidente panista, luego, se vio obligado a reconocerlo pero sólo de manera parcial y de ahí, surgió la controversia que llegó hasta el pleno de la Cámara de Diputados Federal donde hubo una acalorada discusión que no sólo incluyó a los partidos políticos y sus representantes sino también al presidente Felipe Calderón y al gobernador Enrique Peña Nieto. El primero, por comprometer su trabajo de negociación y gestión ante su opositor el PRI para que se aprobara su paquete fiscal y luego, en respuesta, el PAN acusara al gobernador mexiquense de inmiscuirse en asuntos electorales y de la agenda nacional a cambio de no verse mermado en las preferencias electorales rumbo a la carrera por la presidencia.

Que la historia los juzgue como lo hizo en el pasado.

En el 2004 (dos años antes de las elecciones como hoy), el panorama se mostraba similar con Andrés Manuel López Obrador encabezando las encuestas con el 36 por ciento de aceptación, dejando en segundo lugar a Roberto Madrazo del PRI con 26 por ciento y a Santiago Creel con 24 por ciento, la diferencia no era tan clara como lo es ahora, sin embargo, este escenario se mantendría hasta el 2006 con el representante del PRD punteando y colocado como el gran favorito.

Para la competencia final, el PRD formularía la llamada Coalición por el bien de todos junto al PT y a Convergencia mientras que el PRI conformaría la Alianza por México junto al Partido Verde Ecologista con quien ya había competido anteriormente y finalmente de manera individual el Partido Alternativa Social Demócrata con Patricia Mercado a la cabeza y el recién creado Partido Nueva Alianza quien llevo como candidato al ex priísta Roberto Campa.

Los analistas concluyen que el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador cayó en un exceso de confianza por llevar la delantera de las encuestas a lo largo de dos años, además de varios errores claves como su separación del principal jerarca y fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas quien le retiró su respaldo y el desprestigio provocado por los video escándalos de sus colaboradores recibiendo fajos de dinero, el proceso de desafuero promovido por el PAN y la campaña negativa que lo señalara como un peligro para México.

La nominación de Roberto Madrazo fracturó al PRI luego de la salida de Elba Esther Gordillo quien restó el apoyo del gremio magisterial para dividirlo entre Nueva Alianza y el PAN situación que al final lo dejara relegado al tercer puesto en el resultado de la contienda electoral.
Para el caso del PAN, inicialmente los favoritos eran Santiago Creel, Secretario de Gobernación con el presidente Fox y la ex primera dama Martha Sahún la cual tuvo de dirimir públicamente tras considerar que su participación era in equitativa por contar con el respaldo del aparato gubernamental y dejando la contienda con tres aspirantes: el mencionado Santiago Creel, Alberto Cárdenas, ex gobernador de Jalisco y Felipe Calderón dirigente nacional de este partido. Este último resultaría el triunfador con un apoyo del 58 por ciento de la militancia que le dio la candidatura  albiazul. Su imagen siempre fue en ascenso tras una intensa campaña en medios hasta llegar como ganador del proceso electoral con 15 millones de votos y el 35.89 por ciento del total de los sufragios emitidos.

Las alianzas entonces, solo han demostrado ser favorables para los partidos pequeños que las conforman manteniendo el registro como organización política y el consecuente respaldo económico que otorga el IFE, mientras que para los partidos de gran convocatoria como el PRI, el PAN y el PRD solo han significado una carga poco  productiva por el choque de ideologías y la disputa de intereses particulares.
* Colección privada, "esperanza" de Frineka Vu Tonbo (Nairobi, Kenia, 1998).

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