martes, 14 de septiembre de 2010

MALABAR: EL ESPACIO MISMO

El catedrático Fernando Cardiell toma este espacio para lo que es suyo: hablar de arte y diseño. Esta semana, en UNA HOJA, exprime letras de escultura e inaugura su columna: MALABAR

LA ESCULTURA “el espacio mismo” 
Fernando García Cardiell / Catedrático de Diseño y Arte


Al hablar de escultura podemos referenciar la acción de esculpir, sin embargo el escenario para apreciarla es aún más compleja. Dado que a través de la apropiación de los recursos naturales o artificiales, el artista plantea estrategias para cambiar esas primeras cosas en objetos de arte.

Al crear una pieza escultórica, las características volumétricas de la cosa, se transforman en un objeto y se emplaza en un espacio determinado. Crear, construye lo inaugural a través de signos y en un acto poético designa cualidades a las cosas. En razón de ello, el escultor transforma la configuración de la materia prima y al producir su creación, sustrae, adiciona, ensambla, acumula, sujeta y organiza el volumen para la solución formal.

Su objeto es el volumen, la tridimensión, la materia, lo escultórico, el espacio. La escultura enfrenta lo presente, a diferencia de la pintura que se desplaza en el ámbito de lo ilusorio. La escultura hace presente lo parecido en el objeto escultórico, crea volúmenes que se miran, admirar, transitan, traspasan, sienten, huelen, escuchan. Es en particular, la producción del arte que experimenta en mayor medida con el espacio. Así por ejemplo Alberto Giacometti (1901-1966), adicionaba materia prima a objetos alargados que daban forma y parecido al cuerpo humano. Henry Moore (1898-1986), sustraía de la masa pétrea, territorios que intervenían sobre el espacio en la concepción de lo interior y lo exterior. Alexander Calder (1898-1976) sujetaba a estructuras arquitectónicas, formas inorgánicas que el viento acariciaba. Eduardo Chillida (1924-2002), ensamblaba de las partes de un todo, un todo monumental. Joseph Beuys (1921-1986), acumulaba lo encontrado, lo descubierto y lo disponía arbitrariamente, Helen Escobedo(1934-    ) organizaba en su etapa geometrísta, módulos que al repetirse reiteradamente, hacían emerger enclaves de extraordinaria altura.

Por lo anterior, se puede decir que el signo artístico, constituye a la creación escultórica, comunicando en el concepto de la tridimensión, los valores para crear espacios.
Como suerte de capitulares, reflexionamos aquí sobre el arte y el diseño.





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